Todas las personas en este planeta han mentido alguna vez. Sea para librarse de un castigo cuando eran niños, para no ser sermoneados cuando llegan más de la hora cuando estaban en secundaria o para que la enamorada no los mate por algo. Mentir siendo algo tan malo se ha vuelto algo muy común en nuestras vidas. Desde el clásico YA VOY o ESTOY llegando hasta las nuevas mentiras tecnológicas como el ASISTIRÉ EN FACEBOOK y nunca vas a evento o el FELIZ CUMPLEAÑOS AMIGUITO PASALA CHEVERE TQM pero ni le hablas nunca ni por Facebook. Pero ¿Quién miente más? ¿El hombre o la mujer? Aunque parezca sencilla la respuesta no es tan fácil por un factor esencial que se resume en una frase: EL HOMBRE MIENTE PERO LA MUJER MODIFICA LA VERDAD, Y SI MIENTE LO HACE TAN BIEN QUE HASTA ELLA SE LO CREE. El hombre trata de engañar pero sus gestos y su propia forma de hablar confusa lo delatan. La mujer con una simple mirada lo pone nervioso y sólo cae, por ejemplo:
-Amor llegue tarde porque el bus se averió y me llamó Jorge, porque me miras así amor, y como te decía que Jorge en el bus digo yo hablando por teléfono con Jorge decía que el bus era, pero gorda no me mires así que me intimidas, y continuaba diciendo que ¿en qué me quedé?
En cambio la mujer:
-Amor llegué tarde porque me quedé hablando con Lucrecia porque estaba mal la pobre. No me mires así que no te lo permito. Ya ahora sí y más te vale no desconfiar.
Llega el punto que ya no pones en cuestión ninguna palabra no por confianza completa sino porque nunca ganarás una discusión. Así que a la buena o a la mala SE NOS ESCAPAN LAS PEQUEÑAS MENTIRITAS.
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