sábado, 3 de diciembre de 2011

NO ME DEJAN NI LLAMAR POR TELÉFONO

Eran la media noche. Estaba yo después de clase por el UPAO. Todo ese día me había salido mal, tenía una suerte única ese día. Estaba más salado que calzoncillo de pescador. Estaba a punto de comenzar un proyecto que se supone que debe hacerse a lo largo de 4 meses, y dicho proyecto era para EL DÍA SIGUIENTE. Pero como todo en la vida se toma con buen humor dejé todo el estrés de lado y traté de pensar positivo. Boté toda la mala vibra, me propuse a acabar mi trabajo y a sacarme un 20. Así que dije llamo a mi mamá y le digo que hoy me amaneceré en la casa de una amiga haciendo un trabajo grupal. Una amiga que estaba a mi lado me dijo:
-Yo también quiero llamar a mi casa, compartimos mi moneda porque sólo tengo un solo y ninguno tiene sencillo.
Yo como buen tacaño acepté total ERA GRATIS; así que buscamos un teléfono público y el único que vimos era el que se encontraba en una pequeña librería a punto de cerrar. Mi amiga llama y escuchamos una voz proveniente de la librería que :
-¡Apúrense que estamos cerrando!
Ignoramos esa voz y seguimos ahí. Luego cuando me tocaba llamar a mí, salió una señora bajita y con una tremenda cara de poto y encima con la piel toda arrugada. Me miró con un sentimiento entre odio y asco y dijo:
-¡Les dije que se apuren, ya no llamen ya!
Por la necesidad de avisar que no llegaría esa noche a mi casa ignoré las palabras de la señora y marqué el número de mi casa. Estoy tranquilo llamando cuando inexplicablemente la señora se llevó el teléfono. NO sé ni cómo movió la madera en que estaba el teléfono y de una manera muy rara se llevó su teléfono con todo y mi oreja colgado del auricular. Parecía una de esas vendedoras de mercado tratando de defenderse de un embargo. Me resigné, solté el auricular del teléfono y pensé ¿POR QUÉ ME PASAN ESTAS COSAS SÓLO A MI?

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