En épocas navideñas, el espíritu de amor y amistad invade nuestros corazones. Todos nos comenzamos a querer y a ser buenos como nunca hemos sido durante todo el año. Comienzas las miles de chocolatadas en todos lados y el clásico juego del AMIGO SECRETO. Todos sabemos que consiste en el juego en que se escriben los nombres de personas determinadas en un papelito cada nombre y todos sabemos todo lo que sigue. Alguna vez en nuestra vida hemos jugado al amigo secreto. Este es un juego en el que se requiere mucha suerte. Por ejemplo yo soy de los más salados, casi siempre me toca alguien que no tengo ni idea de quien rayos es ni que le gustará. En las cartas que supuestamente debemos decirle algo sólo atino a regalar un caramelo de limón y un papelito que dice ERES CHEVERE. Y cuando tengo que decirle algo o describir a la persona que me tocó no tengo ni la más mínima idea de que decir y termino diciendo: “Es una persona alegre y divertida”. Luego que hablo me llego a enterar que mi amigo secreto es emo. Pero peor aún es a la hora que me den el regalo porque la mayoría de veces me tocan portarretratos (y yo no soy la persona más fotogénica que digamos, más bien salgo de lo peor en las fotos) o me toca el que se olvidó de comprar y sólo me da lapiceros rojo y azul. Pero al final lo que importa es la amistad y el cariño.
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