jueves, 16 de febrero de 2012

LAS TIAS SON MAL PENSADAS


Era un día normal como todos de este verano, todo mostraba que no pasaría nada anómalo este día. Estaba yo muerto en aburrimiento y zanganería echado en mi cama cuando a mi hermano se le ocurre que la mejor manera de alejarse del odioso aburrimiento ES TRAGAR. Fuimos muy alegres a Wong para comprar todo lo que necesitábamos. Al entrar a Wong cogimos uno de esos carritos chiquito como en miniatura porque íbamos a comprar poco.  Cuando estábamos por la puerta mi hermano me abraza del hombro para hacerme una broma cuando justo una de esas viejitas renegonas ve que nosotros dos estábamos abrazados con el carrito pequeñito y dijo con un tremendo desprecio: “QUE ASCO TAN JOVENES Y MARICONAZOS”. Nos reímos los dos por un momento pero luego reflexionamos en un tema muy profundo y enigmático:  “PORQUE LAS SEÑORAS SON TAN MALPENSADAS”.  Por ejemplo, cuando subes a un micro y está repleto de personas. Intentas pasar hacia atrás porque el cobrador  te dice: “Chino ya pe al fondo hay sitio varón”  y justo a medio micro hay una señora muy gorda y sudorosa parada que impide que llegues hasta el fondo. Justo cuando vas a pasar la señora te dice: “Cuidadito chibolo malcriado, no vayas a hacer morbosidades o aprovecharte de mí”. ¿Quién rayos va a ser el valiente o el pata sin estómago para intentar algo con la señora? Sería una aberración tremenda, algo monstruoso, etc. O también cuando estás en casa de la abuela pasando unos días para relajarte y viajar     o simplemente romper con la rutina. Te vas a duchar y llega tu abuela. Ella lo primero que grita es: “Apúrate caracho, no escucho la ducha Juan Alfonso. No vayas a hacer tus cochinadas en mi casa”.  Pero el caso más extremo de perversión en la mente de las señoras fue cuando yo salía del humilde pero tranquilo mercado de Vista alegre con una bolsita con hojas para hacer un té para mi señora madre y escucho una voz que parecía de alguien muy estreñido así que sólo podía ser de una señora que me decía: “Ay estos pirañas que se van a fumas sus cochinadas”. Pero creo que esto de pensar lo peor  es especialmente conmigo porque también si me paro a esperar a alguien en alguna esquina alguna señora llama a serenazgo porque dicen que soy un choro. No hay nada que hacer, las señoras siempre piensan lo peor. Su lema es DESCONFÍA Y ACERTARÁS.

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