Era un día normal como todos de este verano, todo mostraba que no
pasaría nada anómalo este día. Estaba yo muerto en aburrimiento y zanganería
echado en mi cama cuando a mi hermano se le ocurre que la mejor manera de
alejarse del odioso aburrimiento ES TRAGAR. Fuimos muy alegres a Wong para
comprar todo lo que necesitábamos. Al entrar a Wong cogimos uno de esos
carritos chiquito como en miniatura porque íbamos a comprar poco. Cuando estábamos por la puerta mi hermano me
abraza del hombro para hacerme una broma cuando justo una de esas viejitas
renegonas ve que nosotros dos estábamos abrazados con el carrito pequeñito y
dijo con un tremendo desprecio: “QUE ASCO TAN JOVENES Y MARICONAZOS”. Nos
reímos los dos por un momento pero luego reflexionamos en un tema muy profundo
y enigmático: “PORQUE LAS SEÑORAS SON
TAN MALPENSADAS”. Por ejemplo, cuando
subes a un micro y está repleto de personas. Intentas pasar hacia atrás porque
el cobrador te dice: “Chino ya pe al
fondo hay sitio varón” y justo a medio
micro hay una señora muy gorda y sudorosa parada que impide que llegues hasta
el fondo. Justo cuando vas a pasar la señora te dice: “Cuidadito chibolo
malcriado, no vayas a hacer morbosidades o aprovecharte de mí”. ¿Quién rayos va
a ser el valiente o el pata sin estómago para intentar algo con la señora? Sería
una aberración tremenda, algo monstruoso, etc. O también cuando estás en casa
de la abuela pasando unos días para relajarte y viajar o simplemente romper con la rutina. Te vas
a duchar y llega tu abuela. Ella lo primero que grita es: “Apúrate caracho, no
escucho la ducha Juan Alfonso. No vayas a hacer tus cochinadas en mi casa”. Pero el caso más extremo de perversión en la
mente de las señoras fue cuando yo salía del humilde pero tranquilo mercado de
Vista alegre con una bolsita con hojas para hacer un té para mi señora madre y
escucho una voz que parecía de alguien muy estreñido así que sólo podía ser de
una señora que me decía: “Ay estos pirañas que se van a fumas sus cochinadas”. Pero
creo que esto de pensar lo peor es
especialmente conmigo porque también si me paro a esperar a alguien en alguna
esquina alguna señora llama a serenazgo porque dicen que soy un choro. No hay
nada que hacer, las señoras siempre piensan lo peor. Su lema es DESCONFÍA Y
ACERTARÁS.
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